Tengo 11 años.
Estoy en el patio de mi casa, mirando la luna, que está llena. Los niños no se ponen románticos ni melancólicos cuando miran la luna, que está llena.
Todo se ha teñido de blanco, azul oscuro y negro. Es el paisaje de por la noche: las sillas y la mesa de plástico, las macetas, las baldosas. Y las ventanas de todos los vecinos, cerradas porque ya es septiembre.
Mi padre, sentado conmigo, me cuenta que la luz de la luna viene del sol.
Sólo se oyen grillos.
-Si pudieras tumbarte aquí cada noche, también te pondrías moreno -me explica, mirando igualmente al cielo.
Luego se queja de que ya no hace calor, se levanta de la silla, “con lo bien que se está en verano”, y se marcha.
-¡Vas a coger frío, entra o ponte algo! -me dice.
Pero yo sigo embobado, pensando en la luz de la luna, en el sol, y en la gente que se pone morena por la noche.
Sólo alcanzo a decir, en voz muy baja:
-Voy.
como te lo digo…mmmmmmmnnnnnncanta estas maneras
A mi me superas, oye. A ver quien se pone a escribir después de esto. Eso sí. en Almería, en las noches de septiembre, hace un calor que te mueres.
Abrazos nocturnos
Qué jodío! Lo que no cuentas es que después no te pusiste nada y te resfriaste. Y que te saltaron con aquello de “te lo dije”.
Yo también sigo recordando aquellos veranos que nunca queríamos que acabaran.
Hay que joderse.
Uno que llega, la verdad es que he manipulado la realidad (pero tengo derecho… es finde y no estoy de servicio): resfríome profundamente.
Y el padre de la historia no dice exactamente lo que decía el de la realidad. Pero más o menos se parece.
Zacarías, chasgracias.
Y Chemari, no me rechistes ni mijita. Que tu blog está en mis favoritos.
Y oyes, algo bueno tenía que tener Almería, ¿no?
Es curioso… no se dicen las cosas pensando en que un extraordinario disco duro va a ir grabando todo lo que oye en una memoria con capacidad infinita, aunque muy selectiva, eso si. Y así, lo que para unos es un recuerdo abolutamente claro y diáfano, para otros resulta una imagen suelta, borrosa, irrecuperable, prácticamente perdida entre la bruma del tiempo… ¡Qué cosas!
Qué cosas, qué cosas.
Te refieres al resfriao, ¿no?
Exactamente…… Hummm… ¿Tu padre, bien?
jajajjajajaj Sí, sí.
Fantástico, Aquiles… ¿A tí quien t’ha parío?