José se sienta y espera. Hoy se puede sentar dentro, porque no están los señoritos.
-Es como lo del proverbio -dice Inés, mientras acaba de barrer una esquina- ¿Tú sabes lo que es un proverbio?
José aprieta los labios y mira hacia otro lado.
-Un proverbio es como un refrán -sigue Inés- pero de otro país… que esté lejos -José aprovecha que ella está ahora de espaldas, cogiendo un montón de ropa para planchar, y le mira el culo.
-Pues haaaay -Inés levanta el montón de ropa a pulso- pues hay un refrán… hay un proverbio… moro, que dice…
José le mira los pechos, pero sólo ve la forma de un lateral, porque el resto lo tapa la colada que lleva entre los brazos.
-“Si eres martillo, golpea” -Inés recita mientras trata de ir al otro extremo de la habitación, tambaleándose- “Si eres yunque, aguanta”.
Suena un motor de coche fuera. Han llegado los señoritos.
-Y ya ves, hijo -entonces ella suelta la ropa sobre la mesa, en un golpe seco- A mí me ha tocado yunque.
hay que joderse
¿Inés? ¿Eres tú?
:p
¡¡Inés!! ¡¡José!! ¿Qué hacéis, vagueando como siempre? ¡¡A trabajar, joder, que para eso os pago!!
Esta vez has di-bu-ja-do el relato. Nueve párrafos (dos de una sóla línea; siete de dos) han sido sufi para ver una película delante de los ojos. Eres una bestia, cohone.
Milano, hoy he leído lo último que escribiste en tu blog y me he emocionado mucho, pero no he sabido qué decirte.
La verdad es que has contado muy muy bien una historia muy muy bonita.
Así que muchísimas gracias por tener el valor de compartirla.
Y encima vienes y me dices estas cosas. ¿Qué más le puede pedir uno al compadre de su padre?
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Señorito, no se preocupe usted que el jardín ya está listo.
Un intruso ha entrado en tu blog.Resulta ser un tio tuyo (pero no tio como decís ustedes a cualquiera,sino hermano de tu padre)
Nunca tuve ocasión de hablar contigo,creo que después de leer como escribes(qué raro esto,no,leer como escribes)merece la pena que un dia lo hagamos.Quizás pronto…nadie sabe.Cuidaté mucho y sigue adelante con tu vocación , lo importante en la vida es hacer lo que te gusta.Un beso fuerte.
Tu tio,
José Antonio
¡Tito!
Qué ilusión leerte por aquí.
Me guardo tu consejo, muchísimas gracias.
La verdad es que sé que tanto mi padre como tú habéis hecho siempre lo que os gustaba… así que los chiquitines -aunque ya no lo somos tanto- intentamos seguir vuestro ejemplo.
Cuídate mucho tú también, y pasa por este blog siempre que quieras.
¡Un abrazo!
¿y qúe haces con tu vida si eres una chincheta? Te chinchas, I guess. Grandísimo el verbo de su proverbial relato. Por cierto, uno avisa de las mudanzas. Los blogspoteros te lo tendremos en cuenta, el que avisa no es martillo.
Abrazos
Jejejej
Gracias por lo del verbo.
Espero que sepas perdonarme la mudanza.
No me negarás que la nueva casa es más grande y más bonita.
….
Y no sé, no dejes de escribir nunca. ¡Pero deja de abrir blogs!
Un abrazo
Joer tú, me ha parecido preciosa la historia… pero más me ha emocionado el comentario de tu tío. Snif. Qué cosas.
Abrazos compañerosos
Sí señor, que escena tan bien contada!!! Está llena de detalles psicológicos de los personajes que te ayudan mucho a imaginartelo como si de una peli se tratara. Tienes madera de escritor!!!
Josep (Fotoperiodismo)
Gracias, Chemari. Abrazos rutianos para ti.
Y Josep, dos cosas. Una: que escuchar eso viniendo de alguien como tú es la hostia. Se lo recomiendo a todo el mundo como terapia. Deja que Josep te lance un piropo.
Y dos: no hace falta que pongas fotoperiodismo entre paréntesis… ¡Eres el único Josep que conozco! (Bueno, también conozco a Carod Rovira, porque le hice una foto una vez, pero ése no pasa por aquí)
Y yo pensando que se llamaba Carlos Rovira…anda que…
Si seño…yo tmb me he imaginao sas tetas…
Eres grande Javier
¡Zacarías! Tú sí que eres grande.
Qué alegría leerte por aquí.
Hoy he tenido un mal día y he pensado en aquel tío de cuarenta años, en el paro, solo, sin hijos… jejej qué verano.
Que sepas que tengo planes de verte pronto.
Cuídate, pofavó.